Hay heridas que duelen hasta quemar. Heridas que con solo recordar que están duele. Heridas que no cierran nunca. Heridas que nos hacen crecer de golpe. Heridas que nos hacen decidir que es mejor sin pensar en que es lo que se quiere.
Hay personas que nos hacen heridas sin querer. Personas que siguen abriendo la herida. Personas que nos lastiman sin lastimarnos a nosotros. Personas que no saben del dolor pero hacen doler.
Todos tenemos alguna herida, que sabemos que ahí está y que en cualquier momento puede empezar a doler. Todos tenemos ese punto débil donde tocan y duele y duele hasta quemar.
Tus palabras son una caricia al corazon....como la brisa de la mañana que te envuelve en sus brazos de angel y color carmesi. Yo siempre digo: ante una tormenta fuerte, el sol radiante debe brillar cual diamante cristalino. Y si no lo hace se debe inventar como el arquitecto inventa los planos de un rascacielos. Ese punto debil del que hablas es ese punto que encontramos en nuestra alma cuando ya todo parece perdido. Es el silencio de un domingo lluvioso, que no escucha mas que las gotas golpeando en la ventana. Es la cancion que escuchabas con tu amor antes de que se lo llevara el viento al amor....
ResponderEliminarLucho, el poeta de Gerli..