Y hoy tengo ganas de llorar, muchas ganas de llorar. Tanto que se me caen las lágrimas solas aunque haga todo el esfuerzo para que no.

Me despertó temprano el teléfono, una llamada que anunciaba algo bueno pero no… Suena la alarma, que paradoja. Respondo mensajes de anoche mientras pienso que profundo me dormí. Aprovechando el madrugón me voy a la ducha, debe ser la primera vez en años que no apretó posponer en el celular unas mil veces..

El agua caliente terminó de despertarme, prendo la tele,  aparece un cartel raro ’22 de abril día de la tierra’.. Y  algo, no sé muy bien qué queda resonando en mi cabeza. ¡ VEINTIDÓS DE ABRIL! Marco apresurada el teléfono que suena (por favor atiendan!) suena (dale, todavía no son las 7, tienen que estar) suena y, como temí que iba a pasar, del otro lado me atiende la voz de mamá.. Me reconoce al instante y me dice ‘se acaban de ir hace dos minutos’, y el nudo en el pecho se acrecentó.. Hace 14 años atrás me engañaron por estar lejos, me hicieron la jugarreta de que naciste el 23 a la salida del cole.. Pero hoy no soy una nena de segundo grado a la que se pueda engañar así de fácil. Sé que es hoy, y sé que quiero estar ahí, por más que no pueda. Daría todo mi sueldo de este mes tan solo para darte un abrazo y decirte ‘que grande que estás, feliz cumple’. Pero otra vez me lo pierdo, otra vez estoy lejos. Y aunque se les haya hecho costumbre y ya no lo notes, ni vos, ni ellos, a mi me duele fallarles . Y aunque haga todo el esfuerzo para que no, las lágrimas se me caen solas.