Las mañas de la infancia.

Venía en el colectivo organizando en mi cabeza la fiesta de 50 de papá (el mes que viene cumple los 49, pero ayer decidí que le quiero hacer LA fiesta para sus 50 y con lo despistada que soy ya empecé a planear). Haciendo mentalmente la lista de invitados, pensé en él, mi 'tío Diego', ese el que toca la guitarra, el de la resistencia. El que me debe un oído, ya que a los 6 meses de nacida me llevaron a uno de sus recitales y lo perdí (escucho menos de un oído gracias a ese recital!). Caí en la cuenta que hará más de 3/4 años que no lo veo, ni sé nada, literalmente nada, de él. Y sin embargo mi cabeza lo nombró como el tío Diego. Realmente nunca tuve un relación muy apegada con él. De chiquita lo veía muchísimo más que ahora, amaba su música, sus letras. De adolescente ya no lo ví tanto, en algún que otro recital, en alguna que otra de sus locuras, pero seguí amando su música y sus letras empezaron a identificarme. Será que las mañas de chiquito nunca se van? Será que si a los 4 años le decía tío, en mi cabeza nunca va a dejar de ser mi tío? Será por que me enseñó que los sueños se hacen solamente al despertar ♪