Otra vez te quedas sin palabras. Tu silencio me abruma. Vos me abrumas.
No sé que decirte. Me duele. Vos me doles. No sé como explicarte que sos lo mejor para mí, pero no lo que quiero.
Busco una vez más una razón para hacerte reír. Lo sabes, colecciono sonrisas y la tuya me es de fácil disposición. Sos demasiado en mi vida. Pero demasiado no es suficiente.
Te callas otra vez. Sé todo lo que pensas, por eso no necesito preguntar. Además, ¿Para qué? Te pondría en una situación incómoda, en la que sé, no queres estar.
Preferís omitir, intentas no explicar.
Yo también callo. A veces prefiero guardar antes de hacerte mal. Si puedo deshacerte del daño, ¿por qué no? Vos crees que sería mejor que me abra. Pero, una vez más, yo prefiero cerrarme.
Me callaré una vez más. Haré que te duela menos. Es lo máximo que puedo darte.
Lo siento, pero no puedo dejar de vivir para no dañarte. Simplemente puedo omitirte los detalles que no necesitas saber.